Cómo imprimir en blanco y negro
Saber imprimir de forma correcta cada documento comprende distintas ventajas como ahorro de tinta, una resolución correcta y un aprovechamiento máximo de las distintas funciones de la impresora.
Existen una gran cantidad de trucos y consejos que pueden mejorar la calidad en cuestión de minutos. Si deseas saber de qué se tratan y conseguir una excelente impresión en blanco y negro, encuéntralos a continuación.
Los mejores consejos de impresión en blanco y negro
Cuando imprimimos en blanco y negro en general se trata de texto. Este es uno de los formatos más utilizados puesto que la mayoría de los formularios, documentos, y archivos de contenido están escritos en letras negras. Si bien se puede pensar que imprimir es solo cuestión de apretar un botón, existen distintos aspectos a tener en cuenta para mejorar la calidad e inclusive ahorrar.
Debemos empezar por tener en cuenta el tamaño de la letra. Si el documento será para leer de manera cómoda y placentera, no es recomendable hacerlo de forma muy pequeña ya que puede resultar tedioso para la vista.
En este aspecto, debemos también considerar qué tipo de interlineado (espacio entre línea y línea) elegiremos, el cual separará más o menos cada una ofreciendo un resultado más ameno. En las presentaciones formales suele utilizarse más espaciado, en tanto en textos cotidianos no se se requiere.
Otra cuestión a tener en cuenta es la de la tipografía. Cada letra tiene una distinta forma y genera diferentes efectos visuales cuando la imprimimos. Si tenemos que leer mucho e imprimir un extenso documento, las opciones predeterminadas de los procesadores de texto suelen ser a las que nuestro ojo está más acostumbrado.
Sin embargo, si queremos escribir un cartel o anuncio especial, podemos utilizar otra con formas más originales y generar una versión distinta.
Aprovechar el máximo de la hoja a la hora de imprimir
Dependiendo también de la cantidad de texto, podemos aprovechar al máximo el rendimiento de la hoja. Si no poseemos ninguna especificación, abrir los márgenes (laterales y superiores) permite que entre más texto, con lo cual ahorraremos hojas.
De la misma forma, si queremos incluir dos hojas por página también es una buena opción: inclusive, el parecido con el libro, ayudará a que la lectura sea más amena.
Si bien no hemos hablado sobre ello, las impresiones en blanco y negro también contemplan en reiteradas ocasiones distintas imágenes. Cuando llegamos a ese punto, debemos tener en cuenta si su presencia es obligatoria o no en nuestro documento.
Si no lo es, bien podemos eliminarla de allí y ahorrar esa tinta que lleva que no será necesaria. Si no lo podemos hacer, podemos intentar disminuir el tamaño, como suele pasar con los logos y símbolos de empresas o universidades ante una presentación. Para que salgan en blanco y negro aunque el logo sea a color, hay que indicarlo en el software de impresión.
Si la imagen presenta una variedad de colores oscuros, un programa de edición de fotografía nos puede ayudar a lograr que, al pasarlo al blanco y negro, sean distinguibles los distintos límites y variantes que posee. Imprimir en escala de grises ahorra tinta y permite que en blanco y negro se pueda observar bien la imagen impresa.
Si intentamos economizar a la hora de imprimir en blanco y negro, una excelente opción son los modos “borrador” que poseen los programas de impresión. Estas opciones permiten ahorrar una gran cantidad de tinta y otorgan excelentes resultados, sobre todo en lo que atañe a impresiones textuales; imágenes de mucha resolución o de gran tamaño pueden verse claras. Algunas impresoras poseen una opción de modo económico que realiza la misma tarea.
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